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geli40 El destino est� escrito, pero yo tengo "tipex".

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Mis otros perfiles / Sitios Web: Intereses: Posted On: 24/02/2012 14:21:00 Gemidos © Salimos a pasear en una apacible mañana de domingo mientras el cielo se nublaba. Siempre me gustaron esos legins ajustados que marcan cada curva de tu anatomía. Mientras dábamos nuestro paseo me entretenía en ver el movimiento de tus caderas, cómo tus nalgas se comprimían en cada paso, como tus pechos duros y de pezones marcados en la camiseta, se agitaban saltarines por el ritmo de nuestra caminata. El cielo se oscurecía por momentos y las primeras gotas empezaron a caer sobre nuestros cuerpos sudorosos por el esfuerzo. Lo que era una tímida llovizna se torno en un chaparrón que nos empapaba dejando nuestras ropas pegadas a nuestros cuerpos. Te tomé de la mano y te dije “Geli, me vuelves loco” y mientras decía esto mis manos empezaron a moldear tu cuerpo mojado recorriendo toda tu anatomía, agarrando con firmeza tus nalgas mientras nuestras lenguas comenzaban una danza de poderes durante el beso. Te apoye contra uno de los árboles del paseo mientras levantaba tu camiseta para liberar tus pechos. Escuché tus gemidos cuando atrapé tu duro pezón entre mis dientes saboreándolo. La lluvia se hacía más impetuosa y mis labios y mi lengua pretendían beber todo lo que resbalaba por tu piel. Cerrabas los ojos mientras gemías, te agitabas mientras te acariciaba, tu cuerpo se contrajo cuando mi mano, apoyada en tu sexo, empezó a frotarlo para aumentar tu excitación. Un trueno ahogo el alarido de tu orgasmo. Al verte así, al mirar tus ojos llenos de satisfacción, te tomé de la mano y corrimos bajo la lluvia en dirección a nuestra casa. Entramos corriendo en el ascensor que fue testigo de la pasión de nuestros besos y caricias. En el espejo se reflejaron tus pechos duros mientras te quitaba la camiseta. Al llegar a nuestra planta seguimos en juego quitándonos prendas mientras caminábamos tropezando hacia la puerta. Ya cuando la abrimos y entramos estábamos casi desnudos. Seguías gimiendo mientras continuaba con mis caricias, mientras lamía tus pechos o frotaba tu sexo. Fuimos directamente al baño donde abrimos el agua caliente de la ducha y nos metimos. La pasión de nuestros besos se reflejaba ya en el escozor que en los labios teníamos. Tomé el jabón y lo derramé en mis manos “déjame hacer a mi” te dije casi en un susurro. Estabas frente a mí cuando empecé a enjabonarte el cuerpo con mis manos, me mirabas mientras mis manos te recorrían, te mordías el labio inferior cuando tomé tus pechos en mis manos, te tensaste cuando pasé a frotar tus muslos, las inmediaciones de su sexo. Tomándote te las caderas te volteé apoyándote en la pared y dándome la espalda. Separé un poco tus piernas como si de un cacheo policial se tratara y regresé a la labor de enjabonarte. El cuello, los hombros, tu espalda… desde atrás regresé a tus pechos mientras mordía tu cuello. Mis manos seguían recorriéndote mientras gemías. Bajé a tus caderas para, arrodillándome, empezar a enjabonar tus nalgas, tomándolas en mis manos, separándolas, jugando con ellas. Desde esta postura mis manos jugaban a estar en todas las partes de tu placer, pasando del sexo al ano, enjabonándote los pliegues o recorriendo su textura mientras tus gemidos ganaban en intensidad y fuerza pero no dejándote llegar en ningún momento. Incorporándome cuando te sentí irrefrenable, te tomé de las caderas y pegando las mías en un solo movimiento te penetré. Despacio al principio, pero acelerando el ritmo marcado por tus gemidos mientras mis manos te atrapaban los pechos pellizcando los pezones. Cuando tu orgasmo explotó, sentí las cálidas contracciones de tu interior y mordisqueando tu oreja te dije “esto es el inicio de un Domingo especial…prepárate porque así te tendré todo el día…” Mentor © Mis sitios web favoritos: - Música:

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